KTM es sinónimo de off-road
En 1934 el ingeniero austriaco Hans Trunkenpolz abrió en Mattighofen, Austria, un taller. En 1937 empezó a vender motos DKW. Su tienda era conocida como Kraftfahrzeug Trunkenpolz Mattighofen.
Después de la guerra, la demanda de las obras de reparación se redujo drásticamente y Trunkenpolz comenzó a pensar en la producción de sus propias motos. El prototipo de la primera motocicleta R100 fue producido en 1951. Todos los componentes de la motocicleta fueron producidos en la casa, a excepción de los motores Rotax (el cual también merece una publicación aparte).
En 1953, Franco Prida pasó ha ser el principal accionista de la que pasó a llamarse Kronreif y Trunkenpolz Mattighofen. (KTM) que empezó la producción en serie de la R100 en 1954. Con solo 20 trabajadores, construían tres motocicletas al día.
En 1957 KTM construyó la primera motocicleta deportiva Trophy 125c.
En 1957 KTM construye su primer ciclomotor, en 1960 Ponny I y en 1962 y Ponny II. En los años 60 empezó ha fabricar bicicletas, y KTM también empezó a fabricar motos de carreras.
En 1991 KTM fue a la quiebra, la cual fue dividida en cuatro partes (motos, bicicletas, herramientas y radiadores).
La nueva KTM nació en 1992, más adelante se añadieron una filiales que igual te suenan, Husqvarna, WP, y las motocicletas (españolas) GasGas.
Hoy KTM es una de las marcas más innovadoras del mercado, desde las 125 a la 1290 Super Duke.
En Moto3, Moto2 y MotoGP, donde desarrolla novedades que otras grandes firmas no de atreven, como los chasis de fibra de carbono a finales de la temporada 2019.
KTM es sinónimo de éxito en off-road, de futuro en MotoGP y de presente en toda su gama, donde destacan sus naked y gama tráil.
La Super Duke 1290 R 2020 es una de esas bicilíndricas en V que me rondan la cabeza, con sus 180cv, y un aspecto que va más allá de lo agresivo.
Ráfagas.